Eric Hobsbawm, notable historiador Inglés, comenta en su Libro “La era de los extremos – el breve siglo XX” que “La destrucción del pasado o mejor, de los mecanismos sociales que vinculan nuestra experiencia personal a la de las generaciones pasadas es uno de los fenómenos más característicos y lúgubres del final del siglo XX. Casi todos los jóvenes de hoy crecen en una especie de presente continuo sin cualquier conexión orgánica con el pasado público de la época en que viven.”
No es propósito comentar porqué ocurre ello, mas sí constatar lo correcto de las expresiones de Hobsbawm. Recordemos que para las actuales generaciones juveniles el Gobierno “Revolucionario de las Fuerzas Armadas” de la década del los setenta, debe ubicarse en los arcanos de nuestra historia. Que son muy antiguos los gobiernos de los ochenta de Fernando Belaunde y Alan García, década signada por la hiperinflación; y finalmente, les resulta lejana la década de los noventa de Fujimori y los "Vladivideos" (filmaciones que hizo el ex-asesor presidencial Vladimiro Montesinos cuando entregaba dinero a dueños de Medios de Comunicación o políticos para actuar en favor del entonces Presidente Fujimori) que nos enrostra lo profundo de la corrupción. Ellos no se sienten parte del mismo proceso, no se ha podido pasar nuestra experiencia personal, a la generación siguiente. Sólo se formularon juicios de valor sobre dichos gobiernos, dentro de una Campaña electoral, en tanto convenía; pasada la elección se olvida el tema. No escuchamos un análisis más serio mencionando cómo se llega a un tipo de gobierno y que consecuencias tuvo su accionar. Claro, en un proceso electoral, no hay tiempo.
Sabemos, que son muchas las razones que han llevado a esa pérdida cada vez mayor de lo que conocemos como Memoria Histórica. Muchas cosas son las que tienen que afrontar la juventud y el tiempo es limitado. No hay las conversaciones en la casa a la hora del almuerzo o cena, donde la familia en conjunto comparte experiencias y recuerdos; tampoco largas “conversas” de cafetín de amigos o compañeros de ideales.
La revolución Tecnológica, que es el signo de nuestros tiempos, nos da la oportunidad para, usando sus herramientas, mantener esos vínculos con el pasado, que nos anuncia el por venir. Sin ser historiadores y desde nuestra experiencia personal, indesligablemente autobiográfica, como cuando conversamos en la mesa, difundir los hechos importantes donde hemos sido observadores o actores.
Mi reconocimiento para aquellos que están en este esfuerzo de reunirnos y transmitir nuestras experiencias, de reencuentros vitales, como lo son las Asociaciones de Ex alumnos, en mi caso particular de la G.U.E. Alfonso Ugarte y la Universidad San Martín de Porres; y, sigamos en la acción, sin pensar que las cosas llegan solas.
No es propósito comentar porqué ocurre ello, mas sí constatar lo correcto de las expresiones de Hobsbawm. Recordemos que para las actuales generaciones juveniles el Gobierno “Revolucionario de las Fuerzas Armadas” de la década del los setenta, debe ubicarse en los arcanos de nuestra historia. Que son muy antiguos los gobiernos de los ochenta de Fernando Belaunde y Alan García, década signada por la hiperinflación; y finalmente, les resulta lejana la década de los noventa de Fujimori y los "Vladivideos" (filmaciones que hizo el ex-asesor presidencial Vladimiro Montesinos cuando entregaba dinero a dueños de Medios de Comunicación o políticos para actuar en favor del entonces Presidente Fujimori) que nos enrostra lo profundo de la corrupción. Ellos no se sienten parte del mismo proceso, no se ha podido pasar nuestra experiencia personal, a la generación siguiente. Sólo se formularon juicios de valor sobre dichos gobiernos, dentro de una Campaña electoral, en tanto convenía; pasada la elección se olvida el tema. No escuchamos un análisis más serio mencionando cómo se llega a un tipo de gobierno y que consecuencias tuvo su accionar. Claro, en un proceso electoral, no hay tiempo.
Sabemos, que son muchas las razones que han llevado a esa pérdida cada vez mayor de lo que conocemos como Memoria Histórica. Muchas cosas son las que tienen que afrontar la juventud y el tiempo es limitado. No hay las conversaciones en la casa a la hora del almuerzo o cena, donde la familia en conjunto comparte experiencias y recuerdos; tampoco largas “conversas” de cafetín de amigos o compañeros de ideales.
La revolución Tecnológica, que es el signo de nuestros tiempos, nos da la oportunidad para, usando sus herramientas, mantener esos vínculos con el pasado, que nos anuncia el por venir. Sin ser historiadores y desde nuestra experiencia personal, indesligablemente autobiográfica, como cuando conversamos en la mesa, difundir los hechos importantes donde hemos sido observadores o actores.
Mi reconocimiento para aquellos que están en este esfuerzo de reunirnos y transmitir nuestras experiencias, de reencuentros vitales, como lo son las Asociaciones de Ex alumnos, en mi caso particular de la G.U.E. Alfonso Ugarte y la Universidad San Martín de Porres; y, sigamos en la acción, sin pensar que las cosas llegan solas.
Profeeeeee, soy Ariadna Miranda! Bueno aquí va mi comentario: Pienso que quizás las costumbres perdidas no ha sido culpa de los años, sino mas bien de la tecnología, si el día de hoy no existiese tanto quizás la familia no perdería costumbres pasadas. También creo que aunque la globalizacion sea un tema necesario, es lo suficiente poderoso como para lo que hoy en día se ve, que es bien desunión familiar, perdidas relaciones amicales entre otras cosas. Existe gente que conocemos vía internet, pero el hecho de no conocerlos implica desconfianza en ellos y en nosotros, refiriéndome así al crear vínculos sociales agraviados o vínculos sociales importantes. Si bien hoy en día, se cree que hay un limite de tiempo no es por que 'tengamos muchas cosas que hacer' sino mas bien porque no nos damos el tiempo debido para realizar acciones importantes que en el pasado ocurrieron y en el presente se perdieron. Y sobre el tema político, creo que los jóvenes hoy en día no se interesan mucho por ello porque mas bien todo lo que ocurre a nuestro alrededor esta en constante modernización y no hay algo que sea estable. No hay existe decisión correcta para afrontar este tipo de situación que atravesamos en este siglo, porque es importante.. pero considero lo mas correcto es siempre tener en cuenta que la familia y Dios siempre serán lo primordial en nuestras vidas.
ResponderEliminarYo opino que los hechos del pasado no se deben olvidar ya que uno debe de tener muy presente el pasado para saber como actuar en el presente y principalmente en el futuro. Tomando como ejemplo el caso del presidente ALBERTO FUJIMORI, si uno sabe como fue su gobierno en el pasado(corrupcion), ahora en el presente uno sabe cuales vendrian a ser las consecuencias si sale elegido en las elecciones presidenciales. Basicamente la juventud de estos ultimos años ha perdido el interes en la politica y al mismo tiempo en los hechos importantes del pasado ya que nosotros incluyendome no hemos vivido en esas épocas(evitando los temas de historia en familia , reuniones, etc )
ResponderEliminarPara concluir quisiera hacer un llamado no sólo a los jóvenes sino a todo el público en general que no se olviden de nuestro pasado , costumbres , tradiciones ,etc ya que todo esto nos hace distintos de otros paises.
atte sandra mendoza miranda
La verdad señor Henry Rodríguez, la utilización de palabras doctos hace un entrelazado en lo que quiere expresar, y bueno gastó casi tres lineas para hacernos recordar lo que ocurrió en el gobierno del ex presidente Álan García Pérez y del ex mandatario Alberto Fujimori Fujimori; a mi parecer no me parece que haya un tema sobre memoria histórica. Evocando a la última frase del primer párrafo, los jóvenes tienen mucha conexion con el pasado ya que los padres ilustran a sus descendientes sobre el terrorismo, el abuso que hubo en el poder en las décadas anteriores.
ResponderEliminarRony Correa Gamarra Atte. Billyzepam
La principal causa del desinterés en los jóvenes, es no saber llegar a ellos.
ResponderEliminarCuando, por ejemplo, en la casa o en el colegio, los superiores ( padres y profesores) no nos cultivan, no nos inspiran esa pasión por el saber, por descubrir algo nuevo sin tener que obligarnos, por aprender no solamente burdas cosas que entretienen sino cosas de gran importancia que uno debe saber y dominar, el joven pierde por completo el interés.
En esto, los gustos influyen demasiado. Si a alguien no le gusta algo ¿Por qué querría saber mas? Vinculando lo que le gusta a alguien con los hechos importantes, buscando una conexión entre ellos, puede se crear un interés en el joven, por que todo lo que nos rodea, todo en esta vida tiene una historia, la cual trae consigo mas y mas historias, pudiendo así llegar a lo que se quiere enseñar.
Si en todos las personas se creara esa pasión, todos, sin necesidad de ser obligados investigarían mas, leerían mas, buscarían y encontrarían, porque el que busca, encuentra.
El autor nos indica cosas muy interesantes, como la desaparición de las conversaciones en el almuerzo familiar, o las conversaciones de temas de interés con los amigos, lo que conlleva a una visión frontal, como caballos de carrera, sin conocer sino lo que esta en frente de sus ojos.
Puede se aportar también el excesivo uso de las redes sociales como un factor al desinterés de lo que esta fuera de un pequeño, y a la vez inmenso, mundo virtual, donde lo que te pasa es lo mas importante.
Nuevamente veo en esta situación a un mendigo sentado en una banca de oro.
Gracias, Fernando Javier Ballón Estacio.